martes, 27 de enero de 2009

Fallo de racord

Y es que ya lo dijo Stewie Wonder si bebes no escribas. Una cosa que me suele preocupar bastante cuando escribo que es las escenas sean coherentes y no queden detalles al azar. Odio los libros en los cuales te quedas pensando "Si vale muy bien,¿pero al final que pasó con fulanito"? Odio a los personajes que desaparecen sin mas en una novela o esos fallos absurdos en los que en una pagina el prota sostiene una espada en una mano, una antorcha en la otra y de repente desenrolla un pergamino y se pone a leer ¿con que esta sosteniendo el pergamino?¿con la punta de la p$&&a? Procuro evitar ese tipo de lapsus, reconozco que una de las cosas que me obsesionan cuando escribo es mantener la coherencia. Pues bien he metido la pata y hasta el fondo ademas.

En una de las entradas (Nanaylín se titulaba) escribí esto:

-¡Una pulga gigante¡-Exclamó horrorizado.

-Es una chivata-Le explicó Nicasia pacientemente-Te traducirá lo que digan a tu alrededor. Pero no te permite hablar el idioma, aunque como eso te obliga a quedarte callado tiene que ser bueno por cojones.

-Algo es algo, ¿Cómo funciona?

-Póntela en la cabeza.

Dujal dejo la pulga saltara del pañuelo y aterrizara al lado de su oreja izquierda, la sintió caminar un momento entre su pelo, tuvo que respirar hondo y tratar de pensar en otra cosa para reprimir la ganas que le entraron de rascarse hasta que por fin dejó de moverse. Escuchaba un zumbido muy bajito pero no notaba nada más.

-¿Esto es todo?-Pregunto tocándose la cabeza sin mucha fe

-Me temo que si- Le contestó ingeniera.

-Creo que no funciona…

-¿Has oído eso?- Nicasia se volvió hacia su hermano-Dice que no funciona.

Yirkash dejo escapar una risotada

-Quizás deberías ajustarle alguna pieza, Nanyalin-Contestó, las palabras del duende eran perfectamente comprensibles.

El pooka dejó escapar una exclamación de asombro.

-¡Lo he entendido¡-Dijo señalando al goblin

-Si, pero él no te entiende a ti. Y deja de señalarlo es de muy mala educación.


Vale queda claro que gracias a la pulga, Dujal entiende el goblin pero NO lo habla...entonces ¿que carajo hace hablando con el Administrador?¿y con los guardias?
Imperdonable fallo por mi parte. Que modo de largar el santo al cielo...
Tengo que agradecerle mucho a Aranluc que me hiciese notar ese despiste.
Ahora ya está arreglado, menos mal que la gente está alerta por mi.
Gracias por leer y por leer con interés. Seguid vigilando ya sabéis que mi cerebro no da mas de si.

martes, 13 de enero de 2009

Ni te cases ni te embarques


Como soy un ser temerario esta mañana me he levantado de la cama de un modo imprudente y he ido a trabajar desafiando a los hados como si fuese un día normal. No os confundáis, no es que yo sea más valiente que el común de los mortales, es que aun no me he comprado un puto calendario y hasta que no he visto el telediario no tenia ni la mas remota idea de que estábamos en tan nefasta fecha. Esto me pasará factura seguro, un simple mortal no puede desafiar a los dioses, ni siquiera por ignorancia, estas cosas se pagan y si no leeros cualquier tragedia griega. Seguramente estoy avocada a la desgracia, no sé si mis calcetines se prenderán en una fatídica combustión espontanea o tal vez la mayonesa con la que he aderezado los filetillos estuviese contaminada con algún tipo de simpático bicho. En fin yo, como un 30% de la población española por estas fechas debería haberme quedado prudentemente agazapada bajo la cama y ya de paso haber encerrado en el wáter a mi gata negra.
El trece ligado a la mala suerte es una creencia muy extendida en occidente, los antropólogos, historiadores y otros buscadores de datos chorras piensan que esta superstición puede tener su origen en la mitología nórdica, donde se narra una ocasión en la que los dioses estaban en el Valhalla dispuestos a celebrar un banquete en plan épico, usando calaveras como jarras, comiendo jabalí servido por hermosas vírgenes y esas cosas que les gustan los grupos heavies que cantan en taparrabos. Cuando se disponían a empezar la zampa, apareció Loki, un dios nórdico tocapelotas donde los haya, muy disgustado por no haber sido invitado (Loki para los nórdicos es el equivalente a ese tío que hay en todos los grupos de amigos, nadie sabe de dónde ha salido, nadie lo llama pero él siempre se las arregla para llegar en el peor momento y joder la marrana)Los dioses no estaban dispuesto a aguantar a semejante aguafiestas y empezaron a discutir entre ellos como buenos dioses vikingos, a hostia limpia. Que unas deidades comiencen a zurrarse es igual que si dos hermanos se ponen a jugar a la lucha libre, al final a alguien se le escapara una hostia mal dada. Y eso precisamente fue lo que ocurrió, en el transcurso de la divina bronca Balder, el favorito de los dioses, cae muerto y como suele ocurrir con estas cosas en casi todas partes (menos en Palestina) la pelea cesa y los dioses se echan a llorar y a lamentarse por esta trágica muerte innecesaria. Y es que los dioses del banquete eran doce hasta la irrupción de Loki. Los escandinavos jamás sentaban a trece comensales en su mesa y extendieron la creencia de que era un número de mal agüero para las celebraciones. Esto se refuerza en época cristina, ya que la en la Ultima Cena también eran trece personas las que estaban sentadas a la mesa, y hay un paralelismo curioso entre Judas/ Loki y Cristo/Balder. Desde entonces este pobre numero esta maldito.
En Italia la lotería del estado omite los números acabados en trece, algunas líneas aéreas internacionales se lo saltan, en EEUU los rascacielos NO tienen planta decimotercera…etc. Aunque para los yankis es un número ambivalente, ya que forma parte de sus símbolos nacionales más antiguos. La famosa águila heráldica tiene sobre su cabeza trece estrellas y su garra derecha sostiene una rama de olivo con trece hojas mientras que en la izquierda lleva trece flechas en recuerdo al numero de colonias con las que iniciaron su existencia como nación.
Por cierto España es el único país de Europa que considera el martes y no el viernes como día de mal fario…el viernes os explico la razón que por hoy ya está bien de tentar a la suerte.