martes, 7 de diciembre de 2010

George MacDonald, el horizonte de los sueños

Vale, vale no me matéis. La proxima entrega será de "La Corte de los Espejos" pero mientras, para abrir boca os dejo un pequeño homenaje a un autor tan grande como desconocido



Aun recuerdo como llegó a mis manos el primer libro que leí de George MacDonald, me lo regaló Círculo de Lectores para compensar mi fidelidad como cliente, o por conseguirle algún nuevo socio, o cualquier cosas de esas. Se trataba de “La princesa y los trasgos” y la verdad con semejante titulo tardé un tiempo en animarme a leerlo, tuve que verme sin nada que leer y con un viaje de tren bastante largo por delante para sacarlo de la estantería y quitarle el polvo.
Me gusta hacer el viaje a Cádiz en tren, normalmente voy escuchando música y pensando en mis cosas, no suelo leer porque el paisaje me encanta y cuando el tren llega al mar siento que el corazón me late mas despacio, me gusta verme rodeada de agua, me gusta ver el horizonte y el sol sobre el agua. Aquel día no levanté un ojo del libro, estaban totalmente hechizada, a la mierda el mar y las gaviotas, solo me interesaba ir devorando páginas. Cuando llegué a la estación ya no tenía interés por mi trabajo sobre las ilustradas gaditanas. Pasé por la biblioteca de la universidad casi sonámbula. Tenía otra pregunta mucho más interesante en la cabeza ¿Quién era George MacDonald? Averiguarlo me costó Dios y ayuda. Apenas había información es español sobre él y la que encontré en inglés era escasa. Tuvieron que pasar los años, entonces Siruela se decidió a editar las obras completas de MacDonald y Carmen Martín Gaite escribiría la biografía de este modesto escritor escocés que sería la inspiración de autores como Tolkien y del C S Lewis se consideraba heredero. No voy a explayarme con una biografía suya, primero porque ya hay varias publicadas en nuestro idioma y segundo porque él nunca quiso que se hablara de él. Era un hombre sencillo, sus hijos tuvieron el privilegio en ser de los primeros en leer “Alicia en el país de las Maravillas” aunque luego por motivos evidentes, MacDonald decidió alejar a los niños de Lewis Carroll (de hecho le prohibió al autor de Alicia que volviera a acercarse a su familia).Tuvo una vida dura, con grandes problemas económicos, debido en parte al empeño con el que siempre defendió sus ideas y sus escritos. Lo hacía con tal pasión que esto le dificultó en gran medida su vida laboral y sus relaciones sociales. Era un hombre de firmes convicciones en una época en la que creer en la igualdad social y predicarla desde un púlpito no estaba nada bien visto por la férrea sociedad victoriana, pero lo hizo, lo hizo durante toda su vida; defendió la educación y emancipación de las mujeres, la necesidad de cambiar las condiciones de vida de los obreros y sobre todo habló de la importancia de formar a la infancia en estas ideas de igualdad. MacDonald se consideraba un soñador pero sabía que había un horizonte de realidad en lo que soñaba y que este horizonte sería inalcanzable para él, pero no para sus hijos o sus nietos.
Los libros de MacDonald están llenos de niños humildes y valientes que caminan entre la dureza de su vida cotidiana y la belleza del folclore escocés. Curdie, el niño minero que protagoniza tanto “La princesa y los trasgos” como “Curdie y la princesa” es un retrato de todos estos niños sin voz a los el autor solía referirse en sus sermones. Niños a los que siempre honraba en sus relatos convirtiéndolos en héroes inteligentes, rebosantes de sabiduría popular, que no conocen el desaliento. Los hermanos Pevensie de “Las crónicas de Narnia” están claramente inspirados en los niños creados por MacDonald
Pero si algo hace grande a este autor que nunca quiso destacar en nada es en el uso de la magia en sus relatos. Una magia salvaje y poderosa que no necesita de brujas y magos, ni de complicados hechizos porque está en el corazón de todos los hombres. Una magia que asombra y asusta por igual. Capaz de hacer maravillas y calamidades. El tipo de magia que me gusta. El tipo de magia sobre la que siempre trato de escribir. La brújula de coherencia y serenidad con la trato de guiarme cuando creo un personaje. Se que estoy a mucha distancia de su maestría, pero no me importa, Macdonald siempre será el horizonte de mis sueños.

2 comentarios:

Alberto Zeal dijo...

¿Sabías que, según la leyenda, CS Lewis también descubrió a MacDonald en un tren? Buen presagio para ti, ¿no es cierto? ^_^

La verdad es que no conocía a este autor, y me alegra que me lo hayas descubierto, pues su obra tiene una pinta excelente. Asimismo, su biografía es digna de admiración en muchos sentidos. No me sorprende que sea tu horizonte.

Alberto Zeal dijo...

Por cierto, aprovecho la coyuntura para felicitarte por tu onomástica ^_^ ¡Muchas felicidades!